No son pocos aquellos que se sienten fascinados por las mitologías de antiguas civilizaciones: los dioses, los héroes, las gestas, las anécdotas… que siguen vivos hoy día gracias a la literatura, el arte, la arquitectura y otros soportes gracias a los cuales hemos podido conocerlos.
Y dentro de este amplio abanico de seres e historias no podemos dejar de destacar a los guerreros mitológicos, dioses y hombres que son recordados por sus hazañas en muchos casos sobrenaturales que todavía hoy nos sorprenden y nos inspiran.
Prácticamente en todas las civilizaciones aparecen dioses de la guerra que no solamente infunden valor a los guerreros y soldados sino que en algunos mitos exigen sacrificios e incluso intervienen para decantar la victoria hacia un bando o a otro.
Estos dioses de la guerra, en ocasiones, comparten rasgos aunque procedan de diferentes civilizaciones: tienen un arma legendaria, han participado en grandes gestas y batallas, son feroces a la hora de luchar…
Los héroes solían despertar admiración ya que, a fin de cuentas, eran humanos, o al menos una parte de ellos ya que muchos de ellos tenían un origen medio divino, es decir, su padre o su madre eran una divinidad.
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¿Por qué nos gustan tanto los guerreros mitológicos?
Los mitos surgieron en distintas civilizaciones como una manera de explicar la realidad que rodeaba al hombre y que no sabían explicar de otros modos. Los dioses eran quienes controlaban los distintos aspectos de la naturaleza y con el tiempo, aparecieron divinidades que regían también diversos sentimientos del ser humano como el amor, la venganza o, por supuesto, la furia guerrera. Un ejemplo muy claro es el famoso hombre lobo también llamando Licántropo.
Los hombres han guerreado prácticamente desde que comenzó su existencia: por el territorio, por los recursos, por el poder… No es extraño, por tanto, que entre sus creencias hubiera un lugar destacado para dioses de la guerra a los que se encomendaban antes de ir a la batalla.
Estos dioses de la guerra, además, contaban con sus propias historias y leyendas que se iban transmitiendo de generación en generación. De este modo, todos habían oído hablar de los guerreros mitológicos prácticamente desde que eran niños y les servían de inspiración.
Aunque no todos los guerreros mitológicos tenían por qué ser dioses: también surgieron las leyendas relacionadas con héroes, hombres que solían tener un origen divino y que se enfrentaron a terribles enemigos gracias a su valor y a veces, a los poderes que los dioses les concedían.
¿Y quién no ha querido ser alguna vez uno de estos guerreros mitológicos?
Nos gusta leer las historias y leyendas de estos dioses y hombres porque, en algún momento, todos hemos soñado con tener fuerza, valor y coraje para enfrentarnos a nuestros problemas y a nuestros enemigos para ser recordados por ello. ¿Estás preparado para empezar a conocer a algunos de ellos?
Guerreros en la mitología grecorromana
Cuando se habla de mitología, siempre se nos viene a la cabeza las antiguas Grecia y Roma, pues son sus mitos los que han llegado hasta nosotros destacando por encima de los de otras civilizaciones y que forman parte de nuestra cultura.
¿Y es que quién no conoce a Zeus o Júpiter, el padre de los dioses y de los hombres que luchó en la Titanomaquia junto a sus hermanos para derrotar a los titanes, entre los que se encontraba Crono, su propio padre? Y sus batallas no acabaron ahí pues más tarde tuvo que enfrentarse con los monstruos Tifón y Equidna, hermanos de los titanes.
Otros guerreros mitológicos fueron el dios Ares o Marte, dios guerrero por excelencia a quien se encomendaban los soldados, y Atenea o Minerva, diosa de la estrategia en el campo de batalla y que aparecía representada con casco, escudo y una lanza.
Los dioses guerreaban a menudo entre sí y a veces sus peleas afectaban también a los humanos: fue el caso de la guerra de Troya en la que destacaron guerreros como Aquiles, Ulises o Héctor así como Pentesilea, la reina de las Amazonas.
Tampoco podemos olvidar a Heracles o Hércules, quien tuvo que demostrar su fuerza, su valor y su astucia mediante los famosos 12 trabajos que le fueron encomendados por el Oráculo de Delfos como castigo por haber matado a su esposa y a sus hijos en un ataque de locura.
Pero aún hay otros guerreros mitológicos entre las leyendas grecorromanas que no eran no dioses ni hombres, sino monstruos engendrados a menudo de uniones contranatura como el caso del célebre Minotauro. También podemos hablar aquí de Medusa, hija de los a su vez monstruos Forcis y Ceto que se caracterizaba por su furia.
Guerreros en la mitología vikinga
Las tierras nórdicas han engendrado también una buena cantidad de guerreros mitológicos que hoy día son bastante reconocibles. Los vikingos formaban una sociedad muy vinculada a la guerra, ya que buena parte del año se dedicaban al saqueo para complementar su subsistencia, por lo que no es de extrañar que en su mitología existieran algunos de estos dioses y héroes guerreros.
El primer dios guerrero vikingo que se nos viene a la mente es Thor, dios del trueno y de la fuerza, y tras él encontramos a Tyr, dios del valor. También existen dos divinidades quizá menos conocidas pero asociadas directamente con la actividad guerrera. Se trata de Váli, dios de los arqueros, y Ull, dios del combate cuerpo a cuerpo.
Además de los Aesir y los Vanir, existía un tercer grupo de divinidades, los Jotuns, gigantes de fuego y gigantes de hielo que estaban enfrentándose continuamente al resto de dioses. Las valkyrias eran hermosas guerreras seleccionadas por Odín cuya misión era llevar al Valhalla a los guerreros caídos en el campo de batalla.
Y al igual que en la mitología grecorromana, también existían héroes como Sigurd, quien mató al dragón que custodiaba el tesoro de los nibelungos, o Beowulf, quien se enfrenta a un gigante y a un dragón. Además, existían las skjaldmös, mujeres que escogían un modo de vida basado en la guerra.
Guerreros en la mitología celta
Los celtas abarcan numerosos pueblos que vivieron en Europa occidental durante la Edad de Hierro y que compartían algunos rasgos en común. Eran pueblos con un carácter muy guerrero puesto que vivían enfrentándose unos a otros, especialmente por el control del territorio y los recursos, y también contra otros enemigos, especialmente los romanos.
No es de extrañar, por tanto, que tuvieran varias divinidades relacionadas con la guerra y la batalla y que entre sus mitos nos encontremos también con varios héroes.
Los tres dioses principales de los galos eran Teutanes, Taranis y Esus, y los tres estaban relacionados con la guerra. Se les realizaban sacrificios humanos para contentarlos antes y después de una batalla.
En Irlanda, los dioses de la guerra eran Morrigan, quien infundía valor a los guerreros, y también los Fomoré, divinidades antiguas que estaban constante enfrentamiento con los Thuatha Dé Danann, los grandes dioses.
En la Península Ibérica, los pueblos celtibéricos rendían culto a divinidades como Vaélico, el dios lobo que conducía a los guerreros al Más Allá; Cosus, a quien los romanos identificaron con su dios Marte; y Netón, dios solar de los guerreros que se cree que pudo ser un héroe divinizado.
Guerreros en las mitologías precolombinas
Por supuesto no solamente encontramos guerreros mitológicos en Europa occidental sino también al otro lado del Atlántico, en tierras americanas. Las sociedades maya, inca y azteca tuvieron muy presente la guerra antes y después de la llegada de los españoles así que tenían también sus figuras guerreras mitológicas.
Los mayas contaban con Ek Chuah, quien aparecía representado con la piel negra, el color de la guerra, y portando una lanza en la mano. Mostraba cierta hostilidad hacia el hombre aunque en su otro aspecto, el dios de los mercaderes, era todo lo contrario.
Los aztecas, tanto el guerrero águila como el guerrero azteca, rendían culto a Huitzilopochtli, su dios de la guerra y que también era su divinidad principal. También tenían a Tezcatlipoca, quien generaba conflictos y exigía sacrificios. Por último, adoraban a Tonatiuh, regente del paraíso al que iban a parar los guerreros que morían en el combate.
Los incas adoraban a Vichama, hijo de Viracocha, el dios creador. Vichama se enfrentó a su propio padre y llegó a liquidar a la humanidad en un arrebato de furia y venganza por lo que tuvo que crear a una nueva generación de hombres.
Guerreros en la mitología japonesa
Si viajamos hacia el Lejano Oriente también encontraremos guerreros mitológicos encargados de insuflar valor a los soldados o incluso de crear el caos si era necesario. Hachiman es el dios principal en este sentido pues no solamente regía la guerra sino que también era la divinidad tutelar de Japón. No se sabe nada acerca de su origen pero sí parece ser cierto que se lo relaciona con Ojin, decimoquinto emperador de Japón.
Además, cuentan con el dios Bishamonten, uno de los Siete Dioses de la Fortuna del folklore japonés. Procede del hinduismo y es quien provee de buena fortuna en la guerra y en las batallas. Además, es el patrón de los luchadores y se lo representa siempre con armadura y casco.
También hay héroes en la mitología japonesa como el legendario Yamatotakeru, un príncipe del clan Yamato hijo del duodécimo emperador de Japón. Después de que matara a su hermano, su padre tuvo miedo de su fuerte temperamento y planeó hacer que Yamatotakeru muriera en la batalla.
Yamatotakeru viajó enfrentándose a varios enemigos sin ser derrotado hasta que el dios del monte Ibuki lo maldijo para que cayera enfermo y murió.
Guerreros en la mitología china
En China también encontramos guerreros mitológicos, en concreto a Kuan Kung, un dios guerrero muy venerado en China y cuyo origen al parecer está en un guerrero que existió realmente. Estaríamos ante uno de esos héroes humanos que acaban siendo divinizados por sus hazañas.
Kuan Kung fue deificado por su valor y su integridad y actualmente es el patrón de los policías, los militares y de aquellos que practican cualquier tipo de artes marciales.
Otro dios chino relacionado con la guerra es Chi You, a quien se considera el inventor de las armas fabricadas con metal.
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