A lo largo de toda la historia antigua ha habido varias civilizaciones con guerreros catafractos, esto es, jinetes a caballo en los que tanto la persona como el animal estaban protegidos por una armadura pesada.
Esta férrea protección favorecía que fuera una unidad de combate con una gran fuerza de choque y prácticamente invulnerable a cualquier daños.
Sabías que… «Catafracto» en griego quiere decir «cerrado por todos lados» o «totalmente cubierto»: —κατά— ‘cubierto, cerrado, protegido’ —φρακτός—.
Sin embargo también tenía desventajas: la más evidente de ellas era la fatiga que se apoderaba rápidamente tanto del jinete como del caballo al tener que soportar el peso de la armadura. Por la misma razón, no podían moverse tan rápido como otras unidades de caballería y además, no eran útiles en ámbitos desérticos.
La diferencia entre los catafractos y la caballería pesada medieval occidental es que los primeros tenían mucha más poder de maniobra ya que no se limitaban a la carga y la tomada sino que también podían hacer ataques envolventes, cargas por el flanco y hostigamiento con armas ligeras como arcos y dardos.
Algunos de los pueblos que han contado con guerreros catafractos a lo largo de la Historia han sido los persas, los armenios, los partos, los sármatas, los romanos y los bizantinos.
Índice del artículo
El origen de los guerreros catafractos
Las primeras evidencias de guerreros catafractos las encontramos entre los nómadas de la estepa aunque en realidad, su uso regularizado está ya en el imperio neoasirio tal como atestiguan algunos relieves de la época.
De hecho, en el siglo VII a.C. los jinetes del rey asirio Tiglathpileser fueron los primeros en proteger el cuerpo de los jinetes por completo con placas metálicas excepto la cara y los brazos aunque en ese equipamiento aún no estaban incluidos los propios caballos. Esto lo llevarían cabo los nómadas que habitaban el noreste de Mesopotamia, junto al mar de Aral en este mismo período de tiempo.
A partir de este momento, la imagen del jinete totalmente protegido pasó a formar parte de la iconografía del Imperio Asirio con una gran carga psicológica. Transmitía poder y fiereza a los estados vecinos como una forma de conseguir doblegarlos.
¿Cómo luchaban los guerreros catafractos?
Los catafractos llevaban una armadura metálica que les cubría el torso por completo además de una cota de malla que mantenía la cara totalmente tapada y un casco para proteger la cabeza.
Los brazos se protegían con bandas de metal o tierras de cuero endurecido que rodeaban el contorno para protegerlo pero ofreciendo flexibilidad al mismo tiempo.
También portaban un pequeño escudo y a modo de armas defensivas, solían llevar una lanza y una maza.
Los caballos iban totalmente recubiertos con cota de escamas, un tipo de armadura con escamas o placas unidas entre sí que ofrecía mejor resistencia a los golpes y además, era más sencilla de producir.
A pesar de la contundencia de un ataque de los guerreros catafractos, lo cierto era que si una unidad de infantería organizaba una formación cerrada, podía absorber la fuerza de su embiste debido precisamente a la poca movilidad de los catafractos.
Aún así y precisamente por la pesada protección que llevaban tanto jinete como montura, era la única unidad de caballería que podía llegar a mantener un combate más o menos prolongado con la infantería.
Los guerreros catafractos partos
Los partos fueron sin duda los guerreros catafractos mejor equipados. Fueron ellos quienes incorporaron el casco de bronce o de hierro además de la armadura de escamas y los guanteletes acorazados.
Además, llevaban protectores para el cuello y botas de cuero reforzadas con láminas metálicas. Estos refuerzos los añadieron también a las protecciones del caballo.
Como arma, llevaban un arco compuesto y una poderosa lanza que, utilizada con la fuerza necesaria, podía llegar a atravesar a dos hombres al mismo tiempo.
Los guerreros catafractos en Roma y Bizancio
La caballería romana de la República se basaba en jinetes sin ninguna protección corporal que se utilizaban básicamente para explorar, acosar tropas en retirada y combate a distancia mediante jabalinas. A partir del año 150 a.C. se observa cierta preocupación por el jinete pues ya se le dota de una coraza flexible, lanza y escudo.
En el año 69 a.C., Roma se enfrentó y venció a los catafractos del rey Tigranes en la batalla de Tigranocerta. Sin embargo, en el año 53 a.C, en Carras, los soldados de Craso sufrieron una gran derrota a manos de los partos gracias a sus guerreros catafractos.
En el año 62 d.C., los sármatas del Danubio o Roxolani asolaron la ciudad de Moesia (hoy parte de Serbia y Bulgaria) mediante su caballería pesada protegida con largas láminas de metal y armada con espadas y lanzas.
El emperador Domiciano logró contener su avance, aunque no llegó a vencerles, y al ser consciente de la fuerza y la potencia que tenían, decidió incorporar a los catafractos en el ejército romano.
Adriano y Antonino Pío fueron los primeros emperadores en incluir catafractos propiamente dichos en el ejército romano. De hecho, gobernando el primero, se documenta un ala I Gallorum et Pannoniorum catafracta.
Aún así, fue en el Imperio Romano de Oriente donde realmente se mejoró la técnica de los guerreros catafractos. Los bizantinos añadieron estribos y silla de montar a la equipación de los guerreros catafractos lo que favorecía la resistencia de los mismos sobre el caballo.
La mejora del equipo de los jinetes catafractos llevada a cabo por los bizantinos favoreció también que esta caballería se convirtiera en la única del momento que no solamente podía cargar sino también combatir en formación cerrada gracias a la protección tanto del jinete como del caballo.
Los catafractos bizantinos llegaron a ser tan poderosos que, bajo el mando del general Belisario ( 505- 565 d.C.), estuvieron a punto de recuperar el Imperio Romano de Occidente para Justiniano I.
De hecho, Belisario había creado tres tipos de caballería dentro de sus tropas:
- Jinetes pesados de Bizancio: iban armados con espada, lanza y arco, el arma principal. Llevaban casco, cota de malla de hierro y escudo.
- Arqueros auxiliares hunos: también eran jinetes arqueros pero llevaban menos protección
- Lanceros germanos o eslavos: se empleaban como tropas mercenarias. Eran jinetes armados con lanza y fuertemente acorazados.
¿Catafractos o clibanarios?
Las definiciones de estos dos términos no se tienen demasiado claras o al menos, los especialistas parecen no ponerse de acuerdo en qué es exactamente lo que diferencia a los catafractos de los clibanarios.
Por otro lado, según una estela encontrada en Claudiópolis en Bitinia parece ser que la diferencia entre catafractos y clibanarios es que los caballos de estos últimos siempre iban acorazados. Los caballos de los catafractos podían ir protegidos o no, y de ahí viene la diatriba entre ambos términos.
Ademas, también se dice que en la época tardorromana también se diferenciaban por su origen aunque acabaran confluyendo en algo muy parecido: los catafractos de esta época estarían inspirados en la caballería pesada de los sármatas mientras que los clibanarios se inspirarían en la caballería pesada de los partos y los persas.
Por último, en la Historia Augusta se define a los clibanarios como «catafractos preparados para enfrentarse tácticamente a otra caballería pesada o no…». Más adelante, en Notitia Dignitatum, la diferencia entre ambos es que los clibanarios estaban en Oriente mientras que los catafractos se encontraban en Occidente además de por el tipo de armadura pesada que usaban.
La desaparición de los guerreros catafractos
Los guerreros catafractos desaparecieron de la historia tras la batalla de Manzikert de 1071 en la que esta unidad de caballería pesada de los bizantinos fue derrotada por la rápida caballería ligera de los turcos selyúcidas.
Romano IV, emperador de Bizancio entonces, ordenó que los catafractos de su ejército se lanzaran en persecución de la caballería ligera de los turcos, algo que jamás había que hacer dadas las desventajas de los catafractos.
En ocasiones concretas en las que la caballería ligera se hallaba acorralada contra una barrera, sí era práctico enviar a los catafractos contra ella
La persecución agotó a los caballos y eso provocó que los guerreros catafractos fueran vulnerables en el caso de un contraataque.
Los selyúcidas enseguida supieron aprovechar esta ventaja y huyeron al mismo tiempo que lanzaban flechas desde lejos. Esto provocó que el emperador tuviera que ordenar la retirada de sus agotados catafractos y que sus tropas fueran sorprendidas y vencidas en plena noche.
Otros guerreros importantes que han cambiado la historia:
- Guerreros del Caos
- Waffen SS: la guardia de Hitler
- Catafractos: Implacables a caballo
- Ninjas
- William Wallace
Vídeo del ejercito parto y la batalla de carras
A continuación os dejamos una de las más importantes batallas de la historia entre el ejercito Romano y el ejército Parto donde los catafractos fueron los principales protagonistas y vencedores.
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