Durante la Edad Media se produjeron grandes enfrentamientos en Europa entre la Cristiandad y el Islam. Por ello, destacaron muchos guerreros que se dedicaron a la defensa de la fe cristiana frente a los musulmanes y a la protección de los territorios en los que éstos actuaban.
Los guerreros cristianos unían así en una sola persona la religión y también la guerra y la política, algo que realmente estaba reservado a los estamentos privilegiados de la sociedad de la época.
Esto favoreció la aparición de las conocidas órdenes religiosas cuyos miembros eran también soldados. Su misión era proteger la Fe de Cristo y al resto de cristianos.
Índice del artículo
Lista de guerreros cristianos
Caballeros templarios
Caballeros hospitalarios o de Malta
Caballeros del Santo Sepulcro
Caballeros Teutónicos
Caballeros de Santiago
Caballeros de Calatrava
Caballeros de Alcántara
La defensa de la Fe
Con la extensión del cristianismo durante la época del Bajo Imperio Romano y su conversión en religión oficial por Constantino, se va desarrollando el concepto de soldado romano-cristiano o guerrero cristiano.
En esta época comienzan a circular historias acerca de soldados romanos convertidos al cristianismo que ven que su nueva fe es incompatible con los ritos religiosos militares relacionados con el culto al Emperador. Al negarse a participar en los mismos, son torturados hasta la muerte convirtiéndose así en mártires.
Con la llegada de la Edad Media, esta idea parece afianzarse ya que el poder político y el poder religioso se mezclan para defender la fe cristiana. Entonces, la transformación de estos guerreros cristianos se hace al revés: el hombre piadoso y tranquilo hace uso de las armas para combatir a los enemigos de Cristo.
De esta manera, parece que se diluye la contradicción entre estos dos aspectos: por un lado el cristianismo, una religión basada en la paz y el amor, y por otro lado el ámbito militar basado en la guerra y la violencia.
Para explicar esto, se suele aludir a una de las cartas de Pablo de Tarso (Efesios 6, 10-18) en la que insta, aunque de forma alegórica, a la lucha armada para defender el cristianismo de sus enemigos.
La importancia de los guerreros cristianos se plasmó en las ceremonias religiosas de unción y nombramiento de caballeros y también en los títulos que los papas comenzaron a otorgar a los miembros de la realeza como, por ejemplo, Rey Cristianísimo en Francia, Su Católica Majestad en España o Defensor de la Fe en Inglaterra.
Los guerreros y el Cristianismo en Europa
Las distintas órdenes militares que surgieron en la Edad Media suponen el punto más alto de los guerreros cristianos puesto que eran instituciones con el doble carácter religioso y militar.
Estos guerreros cristianos medievales se enfocaron en la defensa de los Santos Lugares y en la protección de los peregrinos cristianos. Más adelante, ya en la Edad Moderna y con las guerras de religión extendiéndose por Europa, estos caballeros se dedicarían a la lucha contra los protestantes.
Con el tiempo, estas órdenes militares pasaron a llamarse órdenes de caballería como una forma de aunar bajo un único liderazgo a estos guerreros cristianos. Los nobles y los reyes pasarían entonces a ocupar ese liderazgo.
Los perfectos guerreros cristianos
A lo largo de la Historia han surgido figuras que se han considerado ejemplares, ya fueran personajes reales o míticos. Entre ellas podemos destacar al Cid Campeador, al rey San Luis, al rey Arturo y sus caballeros de la tabla redonda, a Roldán o a Santiago Matamoros.
Con el paso del tiempo, ni siquiera se hizo necesario que estos guerreros cristianos fueran militares en el sentido estricto de la palabra sino simplemente que mantuvieran un código de conducta basado en los preceptos medievales de defensa de la fe y cumplimiento del honor con todo lo que ello implica.
Se consideraba que los caballeros cristianos solamente debían obediencia a Dios así que si un gobernante se alejaba de la fe cristiana, era su deber rebelarse contra él para derrocarlo.
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